Nuestra Historia

Desde 1909

Con más de 110 años, Rancho San José ha sido testigo del crecimiento y evolución de nuestra familia. Las enseñanzas de Rafael y Maty, así como su pasión y cultura del esfuerzo, son parte del gran legado que todos protegemos en Grupo GOCA.

Rancho San José es nuestro pasado y nuestro futuro como grupo empresaria.

Historias de amor por la tierra

Nos enorgullece que en Rancho San José nacieron nuestras raíces como Grupo GOCA. Las historias que hemos construido a lo largo del tiempo, desde 1909, son parte de nuestra evolución y nuestra adaptación a los cambios que México ha tenido.

Con las enseñanzas de Maty y Rafael, aprendimos que con el amor por la tierra, la pasión por el trabajo, la perseverancia para construir y la familia, siempre se podrán abrir y construir nuevos caminos.

Nuestra Reserva

Inicios

En 1909 teníamos 128,848 magueyes para la producción pulquera. El rancho formó parte de la Hacienda San Javier

Patrimonio

Son más de 132 hectáreas las que hoy protegemos, ubicadas en una zona semidesértica a 2370 m.s.n.m.

Flora

Hemos encontrado 27 especies de interés medicinal: palo dulce, cardón, salvia real, agave de lechuguilla, sangre de grado

Fauna

Rancho San José es hábitat de coyotes, águilas, víboras de cascabel, ratones de campo y ganado bovino, equino y apícola

Apicultura

Contamos con 2 apiarios, 41 colmenas y más de 2 millones de abejas

Manejo del agua

Tenemos 16 bordos, un ojo de agua, 5 km de canales de llamada, 14 canales de interconexión y cisterna para 30 mil litros de agua potable

Comunidad

Generamos empleo en la comunidad de la que somos parte, y desde 2010, con Iniciativa GOCA realizamos proyectos culturales y educativos en la región

Investigación

Desde 2018 comenzamos nuestra investigación sobre el Palo Dulce (Eysenhardtia polystachya) y sus efectos terapéuticos a través de nuestro laboratorio LABDERMAGIS

Nuestra Reserva

Inicios

En 1909 teníamos 128,848 magueyes para la producción pulquera. El rancho formó parte de la Hacienda San Javier

Patrimonio

Son más de 132 hectáreas las que hoy protegemos, ubicadas en una zona semidesértica a 2370 m.s.n.m.

Flora

Hemos encontrado 27 especies de interés medicinal: palo dulce, cardón, salvia real, agave de lechuguilla, sangre de grado

Fauna

Rancho San José es hábitat de coyotes, águilas, víboras de cascabel, ratones de campo y ganado bovino, equino y apícola

Apicultura

Contamos con 2 apiarios, 41 colmenas y más de 2 millones de abejas

Manejo del agua

Tenemos 16 bordos, un ojo de agua, 5 km de canales de llamada, 14 canales de interconexión y cisterna para 30 mil litros de agua potable

Comunidad

Generamos empleo en la comunidad de la que somos parte, y desde 2010, con Iniciativa GOCA realizamos proyectos culturales y educativos en la región

Investigación

Desde 2018 comenzamos nuestra investigación sobre el Palo Dulce (Eysenhardtia polystachya) y sus efectos terapéuticos a través de nuestro laboratorio LABDERMAGIS

Rancho San José es el reflejo del amor que nuestros antepasados tuvieron por esta tierra, quienes siempre buscaron hacerla productiva para el sustento de su familia. Maty y Rafael nos enseñaron que amar el campo era cuidar y proteger cada rincón de él, y la naturaleza que nos rodea.

Iniciando en 1909, Rancho San José se caracterizaba por sus cultivos de maguey pulquero. Al trabajar la tierra con amor, y Rafael seleccionar los mejores magueyes, se producía aguamiel, y con su fermentación, se obtendría pulque. Durante esa época, esta bebida fue de gran consumo y principalmente se comercializaba en la Ciudad de México.

Entre las diversas plantas y árboles que crecían en Rancho San José se encontraba la lechuguilla, una planta con la que, por sus fibras resistentes y durables, se hacían hilos y lazos, además de otros enseres del hogar como escobetillas y estropajos.
Los lazos se usaban principalmente en la agricultura y la ganadería, especialmente con las yuntas para arar la tierra y sembrar. Maty y Rafael sembraron maíz y a caballo recorrían las milpas. Con sus hijos, también recorrían y caminaban en el rancho, quienes iban encontrando borregos, puercos, gallinas, mulas y bueyes.
Rafael y Maty sabían que para producir lo mejor, era necesario contar con los mejores insumos y recursos. Esto implicaba salir a otros estados en búsqueda de lo que les permitiría aprovechar la tierra. Así, Rafael viajaba al estado de Chihuahua para comprar caballos y mulas. Mientras estos eran trasladados en tren, Maty enviaba a los charros a la estación más cercana para ir por ellos y meterlos a un corral, una labor que requería alta destreza y coordinación.
Cuidar de la Santa Agua en Rancho San José ha sido una gran labor para conservar la vida en este lugar. Rafael inició construyendo una pequeña presa, donde alrededor también crecían duraznos y sus hijos podían disfrutar de los árboles y su bonita sombra.

Los hijos de Rafael y Maty aprendieron a amar y cuidar al rancho. Verlo especialmente verde fue uno de los grandes sueños que tuvo uno de ellos. Con el trabajo de muchos años y mucho cariño, hoy las nuevas generaciones disfrutan de él, pero sobre todo, velan por este gran legado.

Rancho San José es el reflejo del amor que nuestros antepasados tuvieron por esta tierra, quienes siempre buscaron hacerla productiva para el sustento de su familia. Maty y Rafael nos enseñaron que amar el campo era cuidar y proteger cada rincón de él, y la naturaleza que nos rodea.

Iniciando en 1909, Rancho San José se caracterizaba por sus cultivos de maguey pulquero. Al trabajar la tierra con amor, y Rafael seleccionar los mejores magueyes, se producía aguamiel, y con su fermentación, se obtendría pulque. Durante esa época, esta bebida fue de gran consumo y principalmente se comercializaba en la Ciudad de México.

Entre las diversas plantas y árboles que crecían en Rancho San José se encontraba la lechuguilla, una planta con la que, por sus fibras resistentes y durables, se hacían hilos y lazos, además de otros enseres del hogar como escobetillas y estropajos.
Los lazos se usaban principalmente en la agricultura y la ganadería, especialmente con las yuntas para arar la tierra y sembrar. Maty y Rafael sembraron maíz y a caballo recorrían las milpas. Con sus hijos, también recorrían y caminaban en el rancho, quienes iban encontrando borregos, puercos, gallinas, mulas y bueyes.
Rafael y Maty sabían que para producir lo mejor, era necesario contar con los mejores insumos y recursos. Esto implicaba salir a otros estados en búsqueda de lo que les permitiría aprovechar la tierra. Así, Rafael viajaba al estado de Chihuahua para comprar caballos y mulas. Mientras estos eran trasladados en tren, Maty enviaba a los charros a la estación más cercana para ir por ellos y meterlos a un corral, una labor que requería alta destreza y coordinación.
Cuidar de la Santa Agua en Rancho San José ha sido una gran labor para conservar la vida en este lugar. Rafael inició construyendo una pequeña presa, donde alrededor también crecían duraznos y sus hijos podían disfrutar de los árboles y su bonita sombra.

Los hijos de Rafael y Maty aprendieron a amar y cuidar al rancho. Verlo especialmente verde fue uno de los grandes sueños que tuvo uno de ellos. Con el trabajo de muchos años y mucho cariño, hoy las nuevas generaciones disfrutan de él, pero sobre todo, velan por este gran legado.

Grupo GOCA

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